domingo, 8 de febrero de 2015

Novela larga

- Char – me llamó para despertarme.
- Mmm.....
- Tenemos que volver, han pasado dos horas.
- ¡Mi madre! – grité levantándome de golpe.

Rió y lo miré frunciendo el entre cejo. Me castigaría y no podría verlo por varios días.

- Ya le avisé, le puse que estábamos regresando en un mensaje.
- Gracias – dije sonriendo – a veces pienso que a tu lado paso más tiempo durmiendo que despierta.
- No me importa eso – dijo acercándose a mi y me beso – eres linda cuando duermes.
- Si pero no sé me da la impresión e que te aburres a mi lado – comenté.
- Eso nunca, si quieres hoy hacemos algo más divertido, ósea cuando salga el sol, a la tarde – sugirió.
- Seguro pero ahora volvamos antes de que mi madre nos mate a ambos.

- Nos vemos – se despidió de mí con un beso dulce y duradero. Mi madre hizo acto de presencia con una tos falsa desde de tras de la puerta por lo que me tuve que separar de Nicholas para dejarlo ir – te quiero – me susurró antes de irse.
- Yo a ti – dije y entré en mi casa y observé a mi madre.
- Espero que la próxima vez llegues más temprano – dije mirando su reloj – son las tres y media de la madrugada.
- Lo siento se me paso el tiempo – dije sincera.
- Esta bien, ve a dormir – se acercó y me dio un beso en la mejilla que no se comparaba con los de Nicholas.

Dormí tranquila, no sin sueños pero si sin pesadillas. Me encontraba en la playa acostada junto a un chico, feliz entre sus brazos. Era de día y disfrutaba del sueño, hasta que la luz del sol estuvo lo bastante alta como para despertarme. Abrí un ojo luego el otro e intenté acostumbrarme a la luz.

- Hoy me ayudarás a limpiar – dijo mi madre cuando abrí los ojos del todo. Guarde varías palabrotas que quería decirle y me escondí otra vez entre las sabanas – Eso te ganas por salir hasta tarde. En una hora te quiero abajo, lista para trabajar.

A veces deseaba que mi madre trabajara todos los días en la panadería sin descanso. Me levanté como pude y fui al baño, aunque sabía que luego de esa jornada de limpieza tendría que tomar una ducha, me preparé para darme una en ese momento ya que sentía arena por todo mi cuerpo, me había acostado como había llegado de mi cita con Nicholas y ahora me sentía sucia, estuve más de la cuenta dentro del agua, por lo que al salir tuve que apurarme para que mi madre no me retara. Me puse ropa cómoda y una bandana en la cabeza para no tener que por lo menos lavarme el pelo aunque sabía que eso sería imposible.

Bajé corriendo las escaleras cuando aún cuando faltaban un cuarto de hora para que se cumpliera el tiempo que mi madre me había dado, así que me preparé un café y me lo tomé rápido y la busqué por la casa.

- A sus órdenes – me paré frente a ella como un soldado y espere sus órdenes.
- Primero limpias los baños y luego el jardín y sin excusas – dijo antes de que me pusiera a chillar por los deberes que me había dado.

Caminé pesadamente al baño principal y comencé fregando la bañadera, a veces pensaba que porque en una casa de dos personas existían tres baños, con uno sería suficiente, pero luego cuando los necesitaba agradecía por ellos. Así que seguí limpiando casa superficie de ellos hasta que brillarán. Iba en dirección al jardín cuando sonó el timbre, corrí para abrir, era Nicholas. Me escondí tras la puerta para que no me viera en esas ropas.

- No te escondas que estas linda así – me atajó.
- ¿Qué hora es? - pregunte ya que habíamos arreglado para vernos en la tarde.
- Son las dos.
- ¡Argh! – me quejé porque había desperdiciado toda la mañana en limpiar un par de baños y todavía me quedaba el jardín – no puedo salir – le informé lamentándolo.
- Me quedaré – dijo poniendo un pie en mi casa.
- Estamos en jornada de limpieza – le avisé.
- Bueno mejor te ayudaré – cruzo la puerta y me saco de la mano la escoba que yo llevaba.
- Estoy hecha un desastre – sentí como en mi rostro se acumulaba toda la sangre de mi cuerpo.
- Eres hermosa – acarició mi mejilla – ¿Por dónde empiezo?
- Estaba por ir al jardín.
- Vamos – comenzó a caminar y se dio cuenta de que no sabía para donde ir. Me reí y me adelante.
- Yo te guío – caminé en dirección al jardín.
- Buenos días señora Fuxson – saludo Nicholas cuando cruzamos por la cocina.
- Buen día Nick – saludó mi mamá y nosotros seguimos de largo hasta mi jardín.

lunes, 28 de abril de 2014

Harry Potter y la piedra filosofal

Como es tas, yo bienComo es tas, yo bienComo es tas, yo bienComo es tas, yo bien Negrita subrayado cursiva tachado Links

TEXT

hola


Acá el contenido Acá el contenido Acá el contenido Acá el contenido Acá el contenido Acá el contenido Acá el contenido Acá el contenido Acá el contenido Acá el contenido



lunes, 3 de febrero de 2014

Última lectura: En la isla, Tracey Garvis Graves


Ficha técnica
Título: En la isla
Autor: Tracey Garvis Graves
Editorial: Salamandra
Tema: Novela romántica
Páginas: 318
Precio Argentina: 17,00 €
Tipo de edición: Tapa blanda con solapas

Sinopsis:
A sus treinta años, Anna Emerson siente que su vida se ha estancado. Harta de los largos inviernos de Chicago y de una relación de pareja que no parece tener futuro, Anna acepta sin pestañear la oferta de una acaudalada familia de pasar el verano en las Maldivas como tutora de su hijo T. J. Éste, por el contrario, no está precisamente entusiasmado con el plan. Aún no ha cumplido los diecisiete, acaba de superar un cáncer con pronóstico incierto y lo único que desea es recuperar su vida y volver a ser el de antes. Tras un largo viaje plagado de contratiempos, el destino coloca a Anna y T. J. en una avioneta rumbo al paraíso, pero, mientras vuelan sobre las aguas azul turquesa del océano Índico, el aparato se estrella en un mar infestado de tiburones. Anna y T. J. sobreviven milagrosamente y son arrastrados por la corriente hasta una isla deshabitada. Los días se convierten en semanas, las semanasen meses, y sus esperanzas de rescate se van disipando. Así, con apenas alimentos y a merced de un clima despiadado, Anna y T. J. aprenden a subsistir en un entorno tan bello como peligroso, pero el mayor desafío para Anna será el de convivir con un chico que rápidamente se está transformando en un hombre.
Crítica:
Es uno de esos libros que no conoces hasta que alguien te lo regala u menciona. Mi tía me lo regalo para navidad, y cuando lo vi la tapa no me llamo mucho la atención ero la sinopsis si. Historia de amor, como me gusta a mi. Son perfectas, me encantan. Empecé a leerlo y no parecía una historia de amor, nada de eso. Una historia de supervivencia pura, en todas las letras. Comienza como una historia simple y común, pero luego de unas páginas todo se desequilibra y cambia completamente, lo que uno podía ver como seguro y con un final, cambia completamente, los personajes se ven forzados a enfrentarse a un futuro y una vida que no esperaban. Y nosotros tampoco. Ambos personajes quedan sujetos a vivir en una isla desierta donde no tienen nada con que salvarse, agua y unos pocos alimentos, son lo único que los mantiene con vida. Y por supuesto la compañía mutua, estar en una isla desierta sin comunicación con el mundo exterior es algo a lo que uno ni pensaría enfrentarse, pero estas dos personas tuvieron el destino de acabar así, y la manera en que la autora describe sus días, producen un sufrimiento real, pensar que nunca se salvaran o llegaran a tener un futuro fuera de ese lugar. La historia de amor es algo que no te esperas hasta la mitad del libro, cuando ambos asumen que lo único que les queda es sobrellevar una vida en la isla donde lo más que se puede hacer es soñar con un futuro fuera. Como surge el amor entre ambos es inesperado, viendo las diferencias de edad, pero cuando no te queda más nadie con quien estar y tu vida depende de sobrevivir junto a alguien, los lazos se van formando solos.